Rebeca Bohorquez |
pienso en lo mas inmenso de la misericordia, y actuar con misiricorde conmigo mismo añorando días de plena suavidad de la paz,
aun en los momentos donde la tormenta son bastantes difíciles y complicadas de
manejar, el frio y el golpe de la olas lastiman mi corazón, mientras batallo
incansable trato de reponer fuerzas para
continuar, se que al final de este túnel habrá luz, lucho con determinación añorando simples cosas que me llenen de
gratitud, veo a la multitud con miradas indiferentes
van rumbo a sus propios encuentros de soledad, miro a esta sociedad carente de
valores y principios, me hace suspirar y seguir por camino diferente o de contra
mano, tratando de hacer lo que es correcto primero en mi vida, en realidad la
vida es una escuela constante que nunca terminas de aprender, esos momentos efímeros que vivimos sean lo más gratificantes, pues así
solamente podremos estar contentos con nosotros mismos por hacer las cosas que
llenen de alegría, aunque no siempre ocurre tal efecto, pues esta también la
posibilidad de errar, me cuesta no dolerme conmigo mismo y levantar el vuelo y
continuar, a veces actuó como mi nena beca que me hago al caprichoso primero a llorar y
luego levantar, pero dentro de la humanidad está bien pasar los nubarrones negras
de tormentas, únicamente así podemos apreciar mas nuestro estilo de vida, esto
pasara y mañana mirare atrás y me reiré conmigo mismo, vicisitudes no son permanentes son pasajeros e
efímeros....