miércoles, 5 de noviembre de 2014

BUSCANDO A LOIDA



Sábado pasado me   llamaron  a mi celular de una comunidad indígena,  me pidieron visitar a una persona que está el hospital Max Boettner,  y bueno si piden pues hay que ir, nos alistamos para ir, cuando llegue al hospital cerca al medio día ya no había personal del hospital para preguntar,  lo peor que  ni el nombre me acordaba, solo recuerdo sala 6, preguntando a los mismo pacientes llego a un corredor donde hay  más o menos   12 salas en  cada sala con 3 a 4 camas de internación, como no sabía el  nombre pues es entrar sala por sala, es una situación realmente impresionante, gente de todas las edades, con enfermedades diferentes, algunos quizá sus últimos días u horas, familiares velan celosamente a su ser querido, dentro de esas salas frías había una anciana sola entubado, y así más de una persona sin que nadie le acompañe, olor nauseabundo de la poca limpieza, camas sin sabanas sin equipos primarios para uso de oxigeno o otras cosas de emergencia, tubos de oxigeno de diferentes tamaños en los pasillos o utilizados por los pacientes, mi tercera peripecia en los corredores de un hospital, eso olor penetrante de hospital que impregna mis sentidos me hace  meditar y pensar en que momento me encontraba en esas circunstancias? Si  mi padre internado en un hospital en algún lugar, entubado por la nariz  a los pocos días falleció, eso me afecta hasta ahora, despierta en mi el desazón de llorar desconsoladamente, pero a estas alturas no puedo darme el lujo de llorar por mí mismo, porque busco a un hermano o hermana indígena que necesita de mi ayuda, camino solo  por esos pasillos amplios descoloridos de muros viejos que van resintiendo su tiempo, no puedo irme sin antes de encontrar a mi paciente NN ,  llamo al número entrante a mi celular y por fin doy con Gabriel, que apenas habla castellano con esas limitaciones entiendo que al paciente está en lacimed, sala 6, por los rázagos de nuestros amados hermanos me doy cuenta que la persona sentada en la entrada mismo,  le pregunto por mi paciente, asiente que es ella y la paciente NN se llama LOIDA la señorita tampoco habla castellano,

 y me lleva a donde esta Loida, un laberinto los pasillos por fin llegamos a la sala 6 por cierto este es mas nuevo y más limpio, me señala la puerta esta  allí , abro la puerta entro y  mi sorpresa encontrar una niña de 5 años con meningitis, como no soy tan conocedor de enfermedades o males,  me acerco a la nena pongo mis manos sobre su cabeza y oro, no pude contenerme pues me quebré allí llore pidiendo a mi ABBA que pudiera ayudar a esta niña en su sanidad, cuando abro ojos mama y la acompañante lloraban conmigo, la impotencia y las ganas de hacer algo más me inunda mi ser, no hay nada más que se pueda hacer solo esperar un milagro, personas como Loida también otros niños en el hospital indígena, un nene que está mal de la columna, si no se le ayuda pronto en determinar que tienen  es probable que muera, es duro pero hay que decirlo, mientras están hacinados esperando una oportunidad de ser atendidos dignamente, no encuentran lugar o cama para su atención, hay una anciana que necesita ser operada de la cadera no la pueden operar porque no hay lugar en emergencias, esta hace 4 meses está en una cama esperando, otro nene con neumonía, que si no aceleran en su tratamiento es probable que muera allí en el intento de ser sanado o en el intento de ser internado para que lo diagnostiquen que padece, increíble no, es una realidad cruda y real,  porque algunos pequeños grupos se están beneficiando a todo lujo, mientras Juan pueblo se está muriendo, solo lleve unas galletas unos jugos pañales y mi impotencia de mirarles y poder hacer mas, miro a mi alrededor todos andamos indiferentes ante estas vicisitudes de las personas de escasos recursos, escribí en mi muro pidiendo ayuda para llevar, a cuantas personas habrá llegado esta información no lo sé, pero la indiferencia es un monstruo que te engulle entero, es un abismo entre la gente común la  gente que no cuenta con beneficios, no están en la obligación de dar no lo están, pero estamos en la obligación de velar lo unos por los otros como Hijos de Dios no les parece? Si escribo chistes verdes y postear dichos y frases estúpidos es probable que  se llene  de me gusta porque somos así de superficiales, parece que  nos dopa lo superficial lo liviano el no compromiso con los demás, parece que  se cauterizado nuestros sentidos nuestra compasión,  “Les digo la verdad: cada vez que ustedes hicieron algo por mis hermanos más humildes, también lo hicieron por mí”

SHALOM.